viernes, 5 de marzo de 2010

Paso 2: Aceptar a Cristo como Salvador personal

El altar del sacrificio representa el segundo paso dentro del camino de salvación: aceptar al Señor Jesús como mi Salvador personal. Ciertamente Cristo murió por los pecados de TODO el mundo (véase 1 Juan 2:2). Pero es indispensable aceptar esta verdad en forma personal. No es suficiente con expresarla verbalmente. También debe creerse de todo corazón. Tampoco es suficiente con creerla secretamente, debe expresarse verbalmente.

El carcelero de Filipos abordó al apóstol Pablo y a Silas con la pregunta “Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo? —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron” (Hechos 16:30,31).

El ser humano suele preguntar: ¿Qué tengo qué hacer? La respuesta de Dios es sencilla: tienes que creer en Jesús. Pero, ¿creer qué? Creer que él es mi Salvador personal. Creer que él recibió el castigo que yo merezco. Creer que me ha dado vida eterna desde el momento en que le acepté. Creer que es capaz de cambiar mi vida. Creer que volverá por mí y me llevará a vivir a su lado por siempre.

Recuerdo, nuevamente, la experiencia de Asaf el salmista en el Salmo 73. Tenía dificultades para comprender por qué muchos de los malvados prosperaban, mientras que a algunos de los hijos de Dios no les iba tan bien, como él esperaba.

Pero esta dificultad se le acabó cuando entró “en el santuario de Dios”. Allí contempló un montón de cenizas amontonadas frente al altar. Estas cenizas son la promesa de la destrucción definitiva del pecado.

Sólo hay dos formas como la historia puede terminar:
  1. Puedo RECHAZAR a Cristo como mi Salvador personal y al final, ser destruido, junto con el pecado que hay en mí. En este caso, recibiré personalmente la “paga del pecado [que] es muerte” (Romanos 6:23).
  2. Puedo ACEPTAR a Cristo como mi Salvador personal, entregarle mis pecados mediante la confesión, y ACEPTAR que mediante su sacrificio él ya recibió dicha paga. Entonces ACEPTO “la dádiva de Dios [que] es vida eterna en Cristo, nuestro Señor” (Romanos 6:23).
Gracias por escribir sus comentarios. Continuará la próxima semana…


Todos los textos de la Biblia, excepto cuando se indica lo contrario, han sido citados de la Nueva Versión Internacional publicada por la Sociedad Bíblica Internacional en 1979.

No hay comentarios: